viernes, 6 de agosto de 2010

modorra




hay que subir y bajar las montañas rusas de la vida. aprovechar la adrenalina. soñar un poco. googlear planes. jugársela. tomar vodka de sabores. enloquecer. vestirse como una potra y encarar la noche. y a veces, hay que dormir la siesta toda la tarde. ir a ver una peli con amigos. salir a caminar con papá. comer mucho helado de dulce de leche de la heladería martí. hacer panchos a la parrilla. abrazar a mi gato hasta que me da alergia. terminar de leer un libro a las siete de la mañana.

perdón blog, si te moriste de hambre estos días. estoy en la etapa perezosa de la montaña rusa, esa en que el carrito sube lentamente, ni siquiera por su propia fuerza, hasta un lugar desde el que se lanza al vacío a toda velocidad. ya vendrán tiempos mejores, para ti: días en que no te tenga como una mascota olvidada. para mí son tiempos bastante buenos porque prometen proyectos, y a la vez, están sumamente amodorrados en este invierno montevideano que invita a meterse en la cama, a caminar con música y guantes, a un chocolate caliente y esas charlas tranquilas, de las que abrigan el alma.

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