sábado, 5 de febrero de 2011

medievalidades

hoy conocí segovia. me gustó mucho, sobre todo por lo claro y agradable que estuvo el día, que hasta nos permitió sentarnos al sol sin abrigos, comiendo un pincho de tortilla y ensaladilla rusa y cocacola y hasta vendiendo un automóvil por teléfono (no yo, sino mi primo, que no es primo pero de verdad se luce como primo!). muy loco eso del acueducto. es como un puente que no es un puente que cruza la ciudad, y no entiendo muy bien qué diantres consumían los romanos para construir esas cosas (según mi primo no consumían nada, sólo tenían muchos esclavos). y bueno, curioso e imponente, sobre todo con la sierra atrás, los tejados (de tejas) de la ciudad muy simpática, las mini callejuelas donde esperás que aparezca un knight in shining armour (que no apareció), los barcitos con mesas en la plaza mayor y la catedral que me resultó encantadora, parecía algo así como una torta de fiesta de 15, con muchos adornos y muchas palomas en la cúpula. me olvidé la cámara de fotos para este paseo, así que si algún día consigo las fotos del iphone bendito de mi male escort las publicaré. sino pueden googlear segovia y ver lo que aparece, y piensen que vi algo muy parecido a eso. y alégrense por mí.

ahora, todo esto del viejo mundo y las ruinas y cosas históricas me lleva a la reflexión siguiente: qué rara me resulta la edad media (aclaro que el acueducto ese es de hace 2000 años, pero la ciudad es como medieval). es que claro, nunca hubo edad media en nuestro cacho de tierra que es américa. la edad media se ve como algo universal, pero en realidad sólo la vivió una mitad del mundo (una gran mitad, pero una mitad al fin). y entonces me sorprende todo eso de las calles super angostas, el tema de los castillos (como una estúpida señalo castillos por la carretera, y acá es lo más normal del mundo), el hecho de que las iglesias y las casas daten de 1476 (mi comentario fue "uy, mirá, todavía no se había descubierto américa"). como que es algo rarísimo.

no sé si esperaban una mega reflexión profunda llena de descubrimientos sobre el alma y el mundo circundante. capaz en el próximo blog. hoy solo reflexiono que la edad media me llama la atención, pero la veo como algo lejano, que no me pertenece. y eso que ahora que soy oficialmente una ciudadana española con todas las letras, porque tengo dni, aunque desconfíen terriblemente de mis documentos los señores expendedores de dnis, tendría que sentir como algo patriótico casi esto de que haya un castillo a un costado de la carretera. o que algunas calles de mi país (oh yeah mi país!) sean angostas y oscuras y húmedas y parezca que te vas a encontrar la bosta de los caballos de los señores de armadura arriba de un adoquín, al lado de las gallinas de la señora gorda que tiene su puesto de frutas y verduras y justo abajo del cartel que indica "taberna del jabalí".

me parece que pensé demasiado por hoy. será la gripe que me está afectando (justo cuando todos los de mi clase se van reponiendo de las suyas). seguro que en la edad media no tenían bio grip (tampoco lo tienen ahora los comunes mortales españoles porque es industria uruguaya). ni un laptop cooler tan pro como el que me compré en el corte inglés. ni un primo que vendiera su auto por iphone mientras tomaban una cocacola en la plaza mayor de segovia. aunque sí tenían el sol tan amoroso que nos hacía dejar de lado los abrigos, y que después, más tarde, nos miraba reposar en un jardín madrileño junto a un perrazo más bueno que el pan y un pond con cascaditas, después de un almuerzo que hasta los reyes del medioevo sabrían envidiar.

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