domingo, 30 de octubre de 2011

nerja y otras vueltas

hoy escribo desde una pc, después de descubrir finalmente cómo cambiar el teclado para que me obedezca cuando puntúo. estoy en granada, en un hostal que no recomiendo tanto como el de ayer. empiezo por eso, la recomendación del hostal de ayer. se llama feel malaga hostel y no queda exactamente en el centro, pero a cinco cuadras de la calle larios, y walking distance de la parada de buses. no puedo decir lo mismo de éste. además ayer dormí sola en un cuarto para seis. hoy tengo cinco monos más en la habitación. encima yankees que son todos amigos entre ellos, y tienen un desorden medio grueso en el cuarto (como no les entran las mochilas en los lockers, está todo en el suelo. en fin. ahora no están así que me voy a ir a dormir tranquila. cuando lleguen mamados a las mil va a ser el tema...

el feel málaga estaba más tranquilito, impecablemente limpio y nuevo (edificio recién reformado). y las chicas que atendían eran de lo más serviciales. mi único problema fue que me bañé con agua fría, pero hasta me da pena decirlo porque me parece que se esfuerzan mucho para tener todo bello y prolijo. sobre 10, un 9.

hoy me levanté a las 8 (cambió la hora así que gané una de sueño), desayuné solita en la cocina del cuarto piso (tostadas y café self service, muy correcto), hice el check out (la noche me costó 19 euros, con breakfast incluido, y además de yapa tuve el cuarto entero para mí), y me fui caminando a la estación de autobuses, que como ya entendía un poco más la ciudad, no me perdí. saqué pasaje a nerja, pero no salía hasta las 10.30. me tomé un capuccino en un bar de la estación de trenes que había al lado (mucho más moderna y agradable que la de buses), y el café me costó lo mismo que el boleto por los 53 km hasta nerja (4 euros).

una vez en el bus, empecé a sospechar que el programa que yo estaba a punto de hacer es el mismo que tienen todos los jubilados que van a málaga. el bondi estaba lleno de norteamericanos, sonrosados y canosos. claro que era un atisbo de lo que iba a ocurrir en la cueva de nerja, donde el promedio de edad era de 800 años. pero bueno, llegué a nerja y seguí hasta la cueva, unos 5 km más hacia el este.

la cueva la hice a toda máquina. creo que demoré más en la fila que dentro de la cueva, y eso que tiene las dimensiones de un estadio o una catedral de las mega(imponente que haya tanto espacio hueco bajo tierra). fui tan rápido esquivando ancianos que llegué a tomarme el mismo bus que me trajo para regresar a nerja (ojo, no salió inmediatamente, habrá tardado 40 minutos).

la cueva de nerja la descubrieron unos pibes que exploraban en 1959. adentro hay sectores que tienen pinturas rupestres, y se encontraron cosas de gente tipo neanderthal (creo, no me dio el tiempo ni las ganas para leer, sólo vi unos cacharros en unas vitrinas). los sectores prehistóricos esos no se pueden ver, pero lo que se visita es una parte enorme, y cuando digo enorme, es posta. no exagero con lo de un estadio bajo tierra. además es altísima, y está todo el techo lleno de estalactitas y esas cosas. hay una especie de mega estalactita gordísima (gorda como una casa) que va desde el techo hasta el suelo, que le llaman "la columna del cataclismo" y está como en el centro del sector más gigantesco de la cueva. impacta sí, sobre todo por la inmensidad y la oscuridad (está iluminado en forma mística). lo que no entendí es por qué iban tantos jubilados (grupos enteros de excursión) si es absolutamente todo escaleras.

después de eso volví a nerja centro. no hay gran cosa para ver en nerja, pero es muy lindo porque está en la costa y tiene el "balcón de europa", que es una especie de pasarela que termina al borde del mediterráneo, y la verdad que está muy agradable, sobre todo con temperaturas como las de hoy, de 26-27 grados y sol espléndido. tiene una iglesia de 1500 o por ahí (nuevecita para ser europea), muy arreglada y blanca, que domina una plaza justo ahí al lado del balcón, y la plaza estaba llena de vida y de gente. quise ir a frigiliana que es un típico pueblito blanco de esos con macetas de geranios en las ventanas, pero los domingos no hay autobuses que vayan, así que me quedé con las ganas. y como en nerja, aparte de unas callejuelas con tiendas de souvenirs, no hay mucho más, me compré el boleto de bus para granada y lo esperé tomando sol durante tres cuartos de hora, que creo que me hizo bien para el cutis invernal que ya ostentaba.

me dormí la primera hora de viaje. me desperté en almuñécar creo (estoy conociendo buses de esos que paran en todos los pueblos, es muy uruguayo y pintoresco). me debo haber perdido paisajes lindos, porque en seguida que salimos de ahí seguimos por la costa y la carretera serpenteaba por unos barrancos altísimos, y a nuestros pies estaba el mar. en un lugar muy extraño, con un castillo en medio de una montaña forrada de casas modernas blancas donde se subió un montón de gente, cambiamos de rumbo, y agarramos en dirección norte, hacia granada. ahí ya nos metimos entre las montañas, muy panorámico también.

la entrada a granada en bus es bastante tétrica, onda suburbios feos, de edificios abandonados y demás. la estación de buses queda lejos del centro. me subí al bus 33 y le pedí al chofer que me dijera dónde bajarme (puerta real), y ahí siguiendo unas instrucciones medio enredadas llegué al hostal. como en el cuarto estaban los cinco monos y había olor a pata, lo único que hice fue dejar mi mochila (que cargué por todo nerja) y lavarme los dientes, y me fui a la deriva con un mapa usado que me dio el argentino que atiende el hostel (nota aparte: son plaga, acento rioplatense que escucho, pregunto,y siempre, siempre, siempre es argentino, y me lo responden como si fuera una obviedad. aparte después de que me responden ya no hay misterio ni empatía, y yo no sé muy bien qué decirles, y la charla potencialmente simpática me queda trunca y rara. nota aparte del aparte: soy un queso hablando con desconocidos).

todo lo que vi de granada ha sido de noche así que todavía no sé cómo catalogarla. digamos que hice todo el circuito básico de recorrido (catedral, plaza nueva y otras, lateral de la alhambra de abajo, mirador san nicolás y atravesar el albaicín, y después llegué hasta el río, y me volví al hostal). no es poco, especialmente teniendo en cuenta que mucho es en subida o bajada. lo más lindo, la vista desde el mirador de la alhambra iluminada. lo más feo, que es domingo y hay mucha cosa cerrada, aunque hay muchísima gente por la calle en general.

cené una pizza sin gracia en un lugar de kebabs de la plaza nueva (nada que ver con el fantástico almuerzo de sopa de tomate y pollo con salsa champi en medio de la placita de nerja) y bueno, ahora me voy a la ducha y a la cucha, que mañana ocho y media tengo entrada a la alhambra. que allah se apiade de mi alma.

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