sábado, 8 de octubre de 2011

un gentleman



una vez conocí a mi alma gemela por msn (aunque en realidad tuve tres almas gemelas por messenger, pero sólo una se quedó en eso y conservó esa extraña mística de nunca -conscientemente- haber traspasado las barreras de la virtualidad).

resulta que esta persona, llamémosle, por darle un nombre aleatorio, david, me empezó a hablar un día de la nada (yo lo había agregado porque era alguien de cierto proyecto universitario que no prosperó, aunque era de esos contactos que no asocio con una cara). no recuerdo las cosas que dijimos con exactitud, pero se dio una de esas charlas de engranaje perfecto, chistosas, juguetonas y totalmente dinámicas. sé que guardé la conversación en formato word pensando en usarla para algún tipo de historia (pero ahora no la encuentro y no tengo ganas de buscarla). seguramente hoy no tendrá tanta gracia, pero en su momento, fue totalmente reveladora.

david era una persona inteligente, culta, un poquito soberbia (pero generalmente de eso pecan los cultos e inteligentes), graciosa y entretenida, con su lado picaresco a la par que el mío, que podía entender mis chistes (no digo que por norma sean buenos, pero a veces sí, y ese día estaba encendida) y era capaz de hablar conmigo durante cinco horas sin aburrirme (y aburrirse, lo cual dice mucho de su paciencia). de todas formas, y me lo han dicho más de una vez, mi desparpajo e ingenio aumentan considerablemente cuando me escudo en una ventana de chat, por lo que "soy más divertida por msn". triste pero (quizás) cierto. es una de esas verdades que por mi bien intento no creerme.

cuestión que la cosa con david a las varias horas de tecleo iba viento en popa. no era que lo veía como padre de mis hijos todavía, pero ciertamente que se iba perfilando como un genial compañero de aventuras de todo tipo. parecíamos un match made in (ciber)heaven.

el tema con todo lo ciber es que justamente no ves a la persona a la que le hablás (a no ser que tengas una webcam pero me parece que no da en una charla con un -aunque no lo pareciera- desconocido). sería como el equivalente a contarle tus más oscuros secretos a alguien que acabás de conocer en un boliche. acá es al revés. medio que le contás tu vida y obra a un equis que te cuenta vida y obra, pero no te has visto la cara.

yo al pibe no lo ubicaba. de corazón. o sea, no tenía idea de qué cara tenía (supuse que era un mal indicio, si en varias reuniones que tuve con esa gente de la uni para ese determinado proyecto no recordé su cara, entonces era porque no era muy recordable). me mandó una foto en la que se veía la cara y bueno, no era una cosa atroz. era algo trabajable, digamos, un escollo no tan infranqueable.

el tema fue que ahí me olí el problema. una cosa de proporciones, por decirlo de alguna forma elegante. una cosa que una niña que mide casi 1.75 (y encima no esbelta ni menuda) tiene perpetuamente presente: "el tipo tiene que ser igual o más alto que yo". esa sí es una barrera infranqueable, un factor de descarte inminente y tajante, una característica inaceptable. no es por discriminar. es por la autoestima de una misma. todo bien con los bajos, pero no para salir con ellos en una foto de parejas o para pararse lado a lado en un altar (aunque admiro -y compadezco- a las que lo hacen).

no es que tenga algo personal con los hombres que no llegan al 1.75. bueno, sí, es algo puramente personal. el caso más claro de "no sos vos, soy yo". no es un tema de enanismo de ellos. es un tema de gigantismo mío. y no querer una persona al lado que me recuerde todo el día mis grotescas dimensiones. en fin, una cosa particular, una manía si se quiere, pero que condiciona por completo la búsqueda de machos alfa.

y el pobre david no sé si llegaba al 1.65. se lo pregunté directamente. me mintió (pero las fotos no mienten). yo creo que ese era un tema personal suyo también, que le duele aceptar, y encima aparece gente cruel como yo que se lo recalca y para coronar la autodestrucción de la estima, le dice que si es bajo lo lamenta mucho pero no va a poder ser (en serio, se lo dije. mi extrema sinceridad tiene esas cosas...).

claro que david nunca más me habló por msn, me parece que ahuyentado, literalmente, por no poder estar a la altura de las circunstancias. no lo culpo. en cierta forma nuestro breve idilio tecnológico quedó como una pasión inconsumada porque las fuerzas naturales lo impidieron. algo muy romántico si se lo quiere ver con lentes rosados...

una pena, porque de verdad su personalidad era ideal. pero bueno, esos diez, quince centímetros que nos dividían eran nuestro muro de berlín, y no había quién lo derribara. lo recordaré siempre como una cosa bucólica e irónica, una anécdota para el repertorio, y una enseñanza: no sólo la mentira tiene patas cortas; a veces, los caballeros también.

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