miércoles, 5 de septiembre de 2012

Miércoles 5 de setiembre


Emblemático el día de hoy. Tengo miedo y calma y alegría y entusiasmo y alivio todo metido en el pecho. 

Para empezar, pagué mi multa, con mis monedas. En realidad con dos mil pesos en monedas de $2 y el resto en billetes, pero me parece que fue escarmiento suficiente. Para mí, porque vi irse uno a uno todos esos circulitos dorados, y eso duele. Para la señora de la IMM, porque estuvo media hora contándolos. Media hora reloj. Debo decir que lo soportó estoicamente, y que ni chistó. Contó una a una todas las moneditas, las metió en bolsitas de a 50 pesos, y me deseó buen día. Creo que no es la primera vez que le ocurre este episodio. 

Y después lo otro. Lo otro es ese gran signo de interrogación que atormentaba mi vida a partir del 21 de setiembre. Resulta que hoy me lo disiparon. Resulta que me quedo donde estoy, si quiero. Y quiero. Estoy contenta de estar en este trabajo que ya considero mi casa, y con esta gente que ya considero casi familia. Hay cosas que no sé cómo hacer, pero supongo que las aprenderé. Lo importante es que ahora no tengo que probar nada. Y por eso mismo puede que me salgan mejor las cosas. 

Emblemático el día de hoy, y eso que recién va por la mitad. 


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