jueves, 30 de junio de 2011

apología del corpiño

resulta que en la playa me quedo observando, como una idiota (y una desubicada), las glándulas mamarias femeninas que, digamos, andan rebotando por ahí a la vista de todo el mundo. porque el topless es una práctica común, normal, aceptada sin grandes inconvenientes, y, claro está, practicada por múltiples señoritas, y señoras, de todas las edades, colores y tamaños. también de todos los colores y tamaños son sus senos en evidencia, y no sólo me maravillo ante la variedad, que es tanta como mujeres destapadas hay, y encima multiplicada por dos, sino también ante la total naturalidad con que realizan actividades playeras como jugar a la paleta o caminar por la orilla. y yo, con mis pudorosos ojitos no acostumbrados a tales demostraciones de desvergüenza, no puedo comprender todo este asunto aunque hace dos días de playa y dos días de piscina que lo vengo meditando a consciencia.

es que no me resulta una cosa estética, aunque sea "naturalmente" así. el tema de exhibir los pezones cual medallas, revolearlos, correr y que salte cada uno para un lado diferente, o que estén tristones, caídos, flojos... no me parece. y me preocupa porque yo no me creo una persona conservadora, y me parece que lo lógico sería que hombres y mujeres anden igual por la vida... y no ando necesitando que por estética un hombre se tape las tetillas. pero no sé muy bien por qué, y creo que más que nada por la cultura que he mamado, perdón por la expresión, sí me parece lógico y hasta bello que una mujer se cubra los pechos.

pero acá anda la madre -gorda, y blanca- en tetas al aire, sirviéndole el juguito y el sándwich al nene de catorce años. o el grupo de amigas despechugadas sentadas contándose chismes. o la pareja, él de sunga y ella de tanga, a los que prácticamente no les falta nada para estar en una situación sexual explícita (más bien les sobran dos cosas). o la familia entera y el padre rodeado de hijas semidesnudas.

de todo esto saco varias reflexiones. primero que nada, hay gente que más vale que se guarde esas dos cosas fofas colgantes para su propia intimidad (y la de quien se anime a acercársele). segundo, admiro el hecho de que lo hagan, porque a mí no me daría la cara (ni las lolas), para andar por la vida sin parte de arriba del bikini. tercero, que es como ser un libro demasiado abierto, no? qué dejamos para la imaginación masculina? y hablando de ese sector de la platea, cómo pueden no mirar? si una mina en tetas les habla, de verdad la miran a los ojos? cómo han hecho para tomarlo como una normalidad y que no les llame la atención??? y por último, debo decir que no he visto ni una mujer a la que le favorezca el topless. es como el speedo en los hombres, a nadie le queda bien. claro que no soy público objetivo, pero bueno, no sé, ninguna se ve atractiva de pechuga al viento.

y esas fueron mis cavilaciones sobre un tema tan cercano al corazón y a la naturaleza humana, relacionado a la estética y a la tética, y que nadie debería dejar de tomárselo a pecho. he dicho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario