jueves, 14 de julio de 2011

esperanza de pobre

hoy soñé contigo y con que me metía en tu casa y me escondía en tu armario, y tu madre recorría la casa y no me veía, pero yo tenía que salir de alguna manera porque estaba sentada sobre tus zapatos y si me descubrían se iba a armar un pandemonium. pero era lindo igual, porque yo chateaba contigo -que estabas en tu trabajo- desde mi laptop dentro de tu armario, y te contaba dónde estaba, y toda la situación era a la vez ridícula y excitante y soñarla me dio esperanzas. no creo que te vea este domingo, ni de cerca, aunque una parte de mí sigue soñándolo. sueño que aparecés y te reís de mí y me alentás con los ojos, y en algún momento de la tarde me susurrás que viniste para quedarte. no va a suceder, pero por lo menos en mi sueño aparecías, y eso ya es mucho más que esta realidad en la que dejaste de existir forzosamente, porque tu existencia dolía, y más dolía darme cuenta de que sólo ibas a estar en paz si estabas lejos de mí. otro día soñé que me decías que era un alivio que yo no estuviera más, y supongo que debe ser cierto. no quiero ser la encarnación del mal y de los errores y de las dudas y el miedo. sé que lo soy, y que estás feliz ahora. intentaré no soñar más con esconderme de tu madre en tu ropero, ni pensar en que vas a aparecer, y por eso voy a dejar de buscar un vestido para tí y voy a buscar uno sólo para el evento.

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