jueves, 10 de noviembre de 2011

cooltura

hoy fui a ver a delacroix. estaba en el caixaforum, que es ese museo que tiene un jardín vertical en la entrada. es decir, una pared forrada de plantas. el loco este de eugene había tomado la primera planta, en una exposición bastante grande, con un poco de todo. lo que más me gustó fueron sus cuadros con caballos, pero ya sabía que me iban a gustar. tiene mucha cosa de influencia árabe, muchas pinturas de paisajes y personas situados en tánger, marruecos, argel... también pintaba animales, desnudos, figuras religiosas, ilustraciones de libros (las de fausto están muy bien también, algo totalmente distinto a los demás cuadros). en sí, un tipo completito, y no del todo feo según sus autorretratos. su cuadro más famoso no está, claro, porque es un emblema de francia y lo guardan en el louvre. es el de esa mujer con medio pecho al aire que se titula "la libertad guiando al pueblo".

después tocó ver el piso de arriba, que era de yapa, digamos. "teotihuacuán, ciudad de los dioses". literalmente, teotihuacán quiere decir eso. alguien me dijo que es curioso como "teo" quiere decir dios en casi todas las culturas. estuve todo el recorrido intentando averiguar si eran mayas los pibes que vivían ahí. aparentemente eran de "diversos orígenes étnicos", según mi amiga wikipedia. o sea que no se sabe muy bien. pero no eran mayas ni aztecas, sino una especie de precursores de todos ellos. la ciudad empezó a concentrar habitantes en el año 100, y se disolvió un poco misteriosamente alrededor del año 800. la gente esta adoraba a quetzalcóatl, que era una serpiente emplumada, y a tláloc, que era el dios de la lluvia y la fertilidad. en la exposición había algo así como tapas de ollas hechas con una artesanía imponente, fechadas de alrededor del año 500. y yo pensaba en los pobres charrúas, que apenas dejaron puntas de flecha y alguna boleadora como recuerdo de su existencia. estos pibes teotihuacanos dejaron pirámides enormes y toda una civilización misteriosa de colores vivos, con muñecos, vasijas, cuchillos curvos dentados espectaculares de obsidiana y todo tipo de adornos y collares. no sé, me dieron un poco de pena los charrúas, unos neandertales al lado de los del norte (siempre los del norte son más pro, por alguna extraña ley natural).

y de ahí a madrid, después de haber pasado por el magreb y méxico. al paseo del prado y la gran vía y el barrio de chueca y un helado de dulce de leche muy aceptable en fuencarral, y después, una charla en un banco de una plaza ya a oscuras, una charla que había empezado (o continuado) de camino al museo, y que espero que nunca se termine. discusiones, vueltas, argumentos, desilusiones y formas de resolver, si no ya el mundo, al menos el pedacito de cada una. en fin. una tarde cultural dialogada de esas que vuelven a abrir el corazón un poquito lastimado, a sacarlo de la coraza, a pasearlo al filo del fresco ya invernal de la nochecita, a zarandearlo un poco, despertarlo, y dejarlo en casa más lleno y más vivo, frustrado y contento y enojado y terco y alegre, acelerado o cansino, abrigado, sereno y chupando frío. En fin, latiendo.

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