miércoles, 30 de noviembre de 2011

la noche es de colores

Hoy cumplo 10 meses en esta casa, en esta habitación. Ya la estoy desmontando. Las paredes vuelven a estar vacías, y los objetos personales van guardándose en las cuatro valijas de todos los tamaños que se esconden abajo de la cama. Me da mucha pena. Se me había convertido en hogar.

Afuera, Madrid avanza hacia la Navidad, con las mismas decoraciones que el año pasado. Ya las conozco, pero me dan igual sensación de norte que en 2010. Son como símbolos de la Navidad fría, nevada, primermundista, que por ahora voy a seguir sin conocer. Me gustan. Hacen que recorrer la ciudad sea grato y lleno de paisajes.

Me siento un poco como la ciudad. Estoy a la expectativa, aunque disfruto de cada uno de estos últimos días. Lo que no sé es si me adornan los mismos chirimbolos que el año pasado, si cambiaron los colores de las luces, si los diseños son otros. Espero, reuniendo nostalgias, asumiendo la intriga, recorriéndolo todo una y otra vez, inhalándolo, viéndolo, compartiéndolo con los que están. O sea que en realidad no espero.

















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