viernes, 23 de septiembre de 2011

mi tío

es bueno ir con expectativas bajas a enfrentar algo. en general, salís gratamente sorprendida. como yo hoy, que almorcé con mi tío, que a veces me resulta muy difícil de aguantar. comimos en un restaurante de dos estrellas michelín, de esos que sirven miniplatitos de "reducción de almendra con helado de zanahoria y hamburguesa de pavo, recubierta por salsa de fuá (fois? foi?) y chips de berenjena". nada era feo, aunque sí highly overpriced (90 eurillos per comensal calculé yo), y el chef vino a decirnos que nos pusiéramos en sus manos, o sea, no sabíamos lo que íbamos a comer hasta que lo traían a la mesa. fueron como siete mini platos, una experiencia nueva para mí y que probablemente no repita en muchos, muchísimos años. fueron cuatro horas y media de almuerzo, que en algún otro momento me hubieran parecido tediosas, pero hoy las llevé con alegría de poder conversar con alguien de mi familia. estuvo muy bien y me quedé muy contenta, aunque agotada. cada obstáculo superado, cada cosa que decido enfrentar de una forma positiva, me hace crecer, y hoy me parece que crecí mucho. o me ví madura a través de los ojos de mi tío. creo que él también se quedó contento, y me alegra que sea así, porque es uno de los principales mecenas de mi estadía acá. le debo un montón de cosas, y me gusta que me resulte fácil sonreírle.

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